lunes, 9 de agosto de 2010

Basado en hechos reales…

¿Alguna vez pidieron un deseo en medio de una lluvia de estrellas y se cumplió?

¿Imaginaron un dialogo entre el amor de sus vidas y su yo más enamorado, y lo vivió después?

Alejada de las creencias en cualquier tipo de superstición…una niña llamada Karen, hace unos años pasaba de largo ante la frase...”Si ves una estrella fugaz, pide un deseo”…y ahora siempre mira al cielo esperando que pase una.

Un solo cambio puede generar muchos más. Tras cambiar cualquier cosa, las personas implicadas deben adaptarse…

De de pequeñita Karen participaba en actividades para niños llevadas de la mano del Hermano Javi, una gran persona y mejor amigo de Karen y su grupo de amigos/as. Hermano de una congregación religiosa de la que formaban parte más aspirantes, hermanos y padres que cuidaban de ancianos y niños….y el cuál murió e hizo que con su muerte comenzara el cambio…

El cargo vació que dejó el Hno.Javi lo ocupó el Hno.Antonio; un chico joven, rubio y de ojos verdes, con la sonrisa más bonita que Karen había visto jamás.

Pobre ilusa enamorada de un chico que formaba parte de una congregación religiosa y que era ocho años mayor que ella, ¡sería de masoquistas que comenzase a pensar que él era el amor de su vida!..¿no? Pero mientras el tiempo pasaba, más claro tenia Karen que no podía vivir sin Antonio. Una y otra vez se repetía a si misma que debía olvidarle. Estaba tan obsesionada que le parecía ver los mismos sentimientos en Antonio, como si él también deseara besarla más que cualquier otra cosa en el mundo; hasta que Karen ponía de nuevo los pies en el suelo e intentaba verlo desde un punto de vista realista.

Tras muchos eventos compartidos, momentos acompañados de canciones de Il Divo y Luis Miguel, y miradas de complicidad, Karen sentía su corazón dando golpes en su pecho, tan fuertes que llegaban a hacerle daño.

Al llegar a casa la nostalgia derretía todo su ser y la hundía en el vacío de su alma.

Una noche de verano de 2007, Karen, que para entonces ya tenía 17 años, salió con sus amigos. Había lluvia de estrellas, y fueron a verlas desde el punto más alto y oscuro de su pueblo. Era la noche perfecta para pedir un deseo.

Desganada por no creer en esas cosas y a la vez desesperada por tener el amor de su amado formuló su deseo, no solo una vez ni dos, sino que pidió el mismo deseo por cada estrella que vio dentro de la lluvia de estrellas.

Pasados unos días, a través de las nuevas tecnologías y después de una larga conversación entre los dos, Antonio mandó un TE QUIERO escrito que sonó a voces en la habitación de Karen.

Karen le contestó con otro te quiero entre lágrimas que le impedían ver la pantalla de su ordenador.

Una vez expresados sus sentimientos tocaba cumplir el deseo de besarse, tocarse, abrazarse; pero no era tan sencillo… ¿Una chica de 17 años con un fraile de 25? Rozando lo ilegal y para algunos seguro que lo inmoral…

A Karen le preocupaba pensar que lo que él sentía no era tan fuerte, que después de todo ya no iban a avanzar más, que no podría besarle nunca… Esperaba que él, al igual que ella, dejase los prejuicios a un lado y luchase por lo que sentía…

Una mañana de la primera semana de septiembre, Antonio llamó a Karen. Ella había dormido mal y se le había hecho tarde. Aun no había hecho las tareas de casa como solía. Antonio quería verla, le dijo que la necesitaba, que no vivía más sin besarla, sin verla... Quería quedar con ella esa misma mañana y por supuesto, Karen no se lo pensó. Bajó al sitio en el que habían quedado, él la recibió con una sonrisa a la que Karen contestó con otra, y se fueron.

Nadie sabía lo que estaba pasando entre ellos dos, ni Karen ni Antonio contaron dónde iban a estar ese día…el secreto mejor guardado de todos los secretos.

Abrazos intensos, besos apasionados, miradas llenas de amor verdadero… Un día que ambos hubiesen querido que durase la eternidad.

Llegó la hora de aparecer por casa. Llena de esperanzas por no encontrar a sus padres y hermanos allí para no tener que dar explicaciones, Karen entró. No había nadie asíque sonrió creyendo haber conseguido su objetivo, pero ni se imaginaba dónde estaba su familia, amigos, padres de amigos, conocidos, etc.

Al llegar a casa y no ver a su hija, los padres de Karen se preocuparon. Estaban las camas sin hacer, todo por el medio…ella nunca había hecho algo así…pensaron lo peor. ¿Un secuestro?

Después de buscarla sin parar y antes de ir a denunciar la desaparición de su hija, alguien les dijo que ya estaba en casa, que había estado con el Hermano Antonio.

Al llegar a casa, Karen y su madre rompieron a llorar, le pidió que nunca le volviese a darle un susto tan grande. Hablaron largo y tendido y su madre comprendió que el amor puede con todo, que no podía prohibirle a su hija ser feliz. Por parte de su padre además de comprensión hubo un pequeño castigo que al final duro lo que tarda en derretirse un hielo al sol en verano.

Antonio dejó la congregación religiosa y se quedó con Karen.

Después de todo esta bonita historia de amor duró solo seis meses y nadie sabe porqué terminó, ni siquiera Karen.

Hoy queda en el recuerdo, y aunque el dolor del desamor fue más doloroso que el principio, cuando Karen pensaba que no lo iba a tener nunca, ella lo volvería a repetir una y mil veces…

Es preciso que dejes un espacio vacío para que cosas nuevas lleguen a tu vida…

-Mónica-