martes, 13 de abril de 2010

Coleccionista de momentos

Todavía es martes 13 de abril. Son las 22:41. Está lloviendo fuera. Estoy en mi guarida tomándome un té de menta, con una luz tímida y música de la película AMELIE de fondo.
Esta tarde he estado recordando París, y de París he viajado a Polonia, y de ahí a mi época en el instituto, en el pueblo; pensando en amigos que lo fueron, en los que permanecen y en los nuevos. Madrid como nueva ciudad, la universidad, Túnez...y miles de momentos seleccionados y guardados en la caja fuerte de mi alma, que me hacen escribir ahora.

Encima de mi armario tengo dos cajas llenas de papeles. Algunos son solo la servilleta de un bar en la que un amigo puso su nombre,el mío, la fecha y un halago, frase o cualquier cosa; otros, papeles de sitios en los que decidí coleccionar un momento bonito, fotos, libros, cartas...

No podría describir cada momento que me ha hecho feliz.

La primera vez que viajé al extranjero, destino: París. Mi momento favorito: la entrada en la plaza de los pintores, en Montmartre, anocheciendo, y dentro de la plaza un grupo de artistas solitarios que me hacían vivir mi propia película imaginaria.

Momentos con mis amigos en la plaza, el atrio, la forma', el parque, la kronos, la Estrella, nuestras fiestas...

Frases mágicas dentro de charlas con amigos en un momento cualquiera que de repente se convierte en especial.

Momentos de amor verdadero, amor pasajero, amor embustero, amor confuso...para mí ninguno favorito, todos guardados, no en su totalidad, sino en fragmentos, porque aun no ha llegado el amor real(del cual custodiaré cada detalle), pero de todos colecciono algún momento...

Momentos de soledad antes de quedarme dormida en los que pienso y pienso y pienso, e imagino y fabrico diálogos, imagino también situaciones que nunca pasaron, respondo preguntas que nadie hizo...

Mi familia, mi elixir personal que me cura el alma de momentos desdichados y la alimenta con momentos inolvidables, incapaz de describir todos y cada uno de ellos.

Miles de momentos especiales que duraron un instante, segundos, minutos, o incluso horas
. Todos merecieron la pena, todos han quedado fosilizados para que perduren en el tiempo, incluso hasta para cuando el fosil sea yo.


Son las 23:59, mi té se ha quedado frío, ha dejado de llover y la única luz que hay ahora es la que sale de la pantalla de mi ordenador. Pequeñas variaciones desde que empecé a escribir a las 22:41, y una gran diferencia, acabo de coleccionar otro momento.....


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