jueves, 29 de abril de 2010

La búsqueda continúa. Por favor, compruebe más tarde.

 
El domingo volvimos, por tercer año consecutivo, de la Frühlingsfest. Hoy todavía estoy algo desorientado y mi voz no acaba de recuperarse del todo, ha sido un fin de semana inverosímil, alucinante, el mejor año.

Hay un tópico que dice algo así como que tienes que irte lejos para darte cuenta de lo que tienes en casa. Pues bien, este viaje he experimentado una variante al llevarme lejos lo que tengo en casa.

Los resultados del experimento han sido un tanto dispares, me explico.
Por una parte tengo que hablar de mis amigos, esos locos bajitos, entre tanto bávaro. No recuerdo a quién le comentaba que, pienso que la edad nos va llenando de vicios (sanos o no) y de pequeñas manías y que todo esto supone la disminución del ancho de banda de los filtros que la selección natural-cultural-nacionaldeespaña va imponiendo en varios ámbitos de la vida (relaciones, trabajo...). El resultado ha sido el esperado, y no me queda más remedio que reafirmarme en ello. Con esto no pretendo meter miedo, el mensaje es claro: “treinta, hasta esa edad no me caso, Mori”.

También he descubierto que la tontería y la locura no tienen fronteras, estamos igual de tontos en Alcuéscar que en Stuttgart, eso sin duda. En el avión nos contuvimos un poco, pero es que hay que tener en cuenta que, en las alturas, la presión es una variable extensiva, porque ¡las alemanas son muy altas!

En cuanto a equipaje... bueno, allí  se quedó, o anda viajando por algún país tropical, probablemente. Iberia, en su web, me dice:“La búsqueda continúa. Por favor, compruebe más tarde…” 
 Al principio me enfadaba, y aumentaba mi enfado cada vez que pulsaba la tecla F5 para recargar la página. Hasta que me he dado cuenta de cuánto han cambiado las cosas en los últimos meses; porque hace no tanto, solo recibía esa maldita frase a cambio mientras esperaba a que regresaran o llegaran a mi vida las personas. Hoy las tengo a todas, hoy esa búsqueda ha acabado, por fin.

La moraleja es clara, tengo la certeza de que lo único que regresa incondicionalmente, antes o después, pero siempre a tiempo, son las personas que quieres.

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